Los que me conocen, saben que siempre estoy a favor de llevar un estilo de vida saludable, y que promuevo el ejercicio y la buena alimentación como bases de una vida feliz y de calidad. A todos los que me preguntan, siempre les digo que, ¡por supuesto que hay que comer bien y balanceado!
Pero, ¿qué pasa cuando llevamos este buen hábito demasiado lejos? ¿Realmente la obsesión de comer sano se puede convertir en un problema? Lamentablemente, sí. Todo extremo es malo, y en este caso ese extremo se llama ortorexia, y es una categoría dentro de los trastornos de la alimentación, que incluyen la anorexia y la bulimia.
¿Cómo saber si alguien sufre de ortorexia?
En general, el grupo más afectado son las mujeres jóvenes, atléticas de estatus socioeconómico de medio a alto. Sí presenta alguna de las siguientes señales, existe la posibilidad de que esté sufriendo de ortorexia:
- Pasar más de tres horas diarias pensando en la comida sana de ese día, particularmente en la “calidad” de los alimentos a ingerir.
- Consumir solamente y estrictamente alimentos orgánicos, sin conservantes ni conservantes de ningún tipo y no salirse bajo ninguna circunstancia de este régimen.
- Disminución de su calidad de vida como resultado de la dieta. Por ejemplo, ya no sale con amigos, evita las situaciones donde tiene que comer algo menos sano, se aísla.
- Grandes sentimientos de culpa cuando se sale de la dieta, hasta el punto de castigarse más los siguientes días con una restricción alimenticia aún mayor.