Los problemas de transporte en Miami continúan y, en algunos casos, empeoran, haciendo aún más caótico el desplazamiento de sus habitantes a sus lugares de trabajo. Es exactamente lo que sucede con el Metrorail, que para el 31 de octubre tenía apenas 52 carros en funcionamiento y al menos 92 estaban fuera de funcionamiento.
A pesar de que el condado de Miami-Dade obtuvo un aumento del presupuesto de tránsito, no será sino hasta el 2018 que logren disminuir los tiempos de espera entre un carro y otro y extiendan las horas de funcionamiento, afirmaron algunos encargados del condado.
Foto: Archivo Miami Herald
Según la directora de tránsito del condado, Alice Bravo, hay algunos carros en los que no han trabajado desde marzo, por ende, necesitan primero hacer que estén operativos de nuevo para así tener un horario extendido de atención. Esta explicación captura la verdadera esencia de la crisis del Metrorail: un sistema de transporte desactualizado que sigue utilizando los mismos carros desde su inauguración en 1984, de los cuales son más los que están fuera de servicio que los que funcionan.
Pero no todo son malas noticias: por primera vez en la historia del Metrorail de Miami se esperan reemplazos para los carros. Se espera que para finales de noviembre entre en funcionamiento el primer tren de cuatro carros, que, esperemos, alivie un poco a los habitantes de la Ciudad del Sol y haga menos traumático el viaje a sus lugares de trabajo. Para finales del 2019 se espera haber reemplazado por completo toda la flota antigua de Metrorail por una nueva, mucho más moderna.
Foto: Miami Today News
Igualmente, el líder de la unión asignada a los trabajadores del Metrorail, Jeffery Mitchell, confirmó que han recibido una notificación sobre la extensión de los turnos, por lo que se espera que, agregando 30 minutos de operación cada día, se logre disminuir los tiempos de espera entre trenes en horas punta de 7 a 5 minutos en la mayoría de las estaciones.
Una cosa es cierta; los usuarios del Metrorail de Miami necesitan con urgencia un cambio en el servicio. Largos tiempos de espera que ocasionan colas infinitas de personas esperando subir, poco espacio personal dentro de los carros y retrasos en sus traslados, hacen de la experiencia de acudir al transporte público una pesadilla de la que muchos no pueden escapar.