Hace unos días, una importante compañía audiovisual alertaba sobre el peligro de asumir el reto viral relacionado con "Box Bird" ("A ciegas"), una de sus recientes películas: "Por favor, no se hagan daño al hacer el reto de ‘A ciegas’. No sabemos cómo empezó esto…", dijo Netflix en un comunicado.
No voy a describir el argumento del filme, ni tampoco la metodología del imprudente reto que circula en redes sociales. Solo decir que hay personas insensatas caminando por las calles con los ojos vendados, exponiéndose a accidentes y poniendo en riesgo la vida de los demás. Pero, ¿cómo hemos llegado a esto?
En 2014, muchos participamos en el primer desafío viral: el "Ice Bucket Challenge" o reto de la cubeta de hielo, impulsado por el estadounidense Anthony Senerchia Jr. Entonces se recaudaron unos 200 millones de dólares para generar conciencia sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Recuerdo que recibí el reto de Don Francisco y de otras personalidades, y luego lo traspasé a Gloria y Emilio Estefan, Pitbull, Jorge Ramos, Chiquinquirá Delgado y Olga Tañón. Aquella fue una gran idea solidaria, con un objetivo noble. Nada tiene que ver con lo que vino después.