No se puede calcular la buena ni la mala suerte y, por ese motivo, suele no tenerse en cuenta, casi como si no existiera. La realidad es que un “golpe de mala suerte”, como un accidente, puede cambiar el curso de una vida en cuestión de segundos.
Una caída en el trabajo, un choque en la carretera o incluso un producto defectuoso o el mal procedimiento de un servicio pueden causar daños físicos y emocionales irreversibles, que afectan la salud, la economía y la tranquilidad personal.
En Estados Unidos, la ley contempla un camino para quienes atraviesan estas situaciones: las demandas por lesiones personales.
Saber qué son, cómo se clasifican y cuáles son los pasos a seguir es importante para cualquier persona que busque justicia e indemnización, sobre todo en el caso de los inmigrantes, a quienes se recomienda conseguir un abogado de lesiones personales que hable español o spanish speaking personal injury lawyer, para obtener una mejor solución a la problemática.
¿Qué se incluye bajo el concepto de “lesiones personales”?
Las lesiones personales son aquellos daños sufridos por una persona a raíz de la negligencia, imprudencia o acciones intencionales de otra parte.
No se limitan únicamente a los golpes o fracturas visibles, sino que la ley también reconoce los perjuicios psicológicos y económicos derivados de un incidente.
Entre los principales tipos de daños se encuentran el daño físico, el emocional y el económico. El primero es el más fácil de detectar, ya que consiste en heridas, contusiones, fracturas, quemaduras o cualquier alteración de la salud corporal.
Por otra parte, el daño emocional o psíquico incluye problemas como ansiedad, depresión, insomnio o trastornos de estrés postraumático (TEPT) y el daño económico involucra los gastos médicos inmediatos o a largo plazo, pérdida de ingresos y necesidad de rehabilitación.
Así, a través del enfoque integral, el concepto reconoce que un accidente afecta todas las dimensiones de la vida de la víctima, no solamente la física o las heridas.
Casos comunes de lesiones personales
Hay lesiones personales derivadas de una variedad de situaciones cotidianas en las que alguien puede resultar perjudicado. En los Estados Unidos, la mayoría de estas lesiones son ocasionadas por accidentes de tráfico, resbalones o caídas y accidentes laborales.
Además de estas situaciones dadas por la negligencia de un conductor, los incidentes y las lesiones sufridas en el ámbito del trabajo, también existen los daños ocasionados por errores en el diagnóstico, tratamiento o procedimiento médico y aquellos causados por productos defectuosos.
Por el número creciente de personas que adoptan una mascota, también está en ascenso la cantidad de casos ocasionados por mordeduras de perro. Cada uno de estos casos tiene sus particularidades y su compensación acorde.
Cómo se construye una demanda por lesiones personales
Para que una demanda sea válida en un tribunal civil, deben cumplirse ciertos elementos legales básicos. Por un lado, la parte demandada debe tener deber de diligencia, es decir, la obligación de actuar razonablemente para evitar causar daño y debe haber incumplido con esa obligación, ya sea por negligencia o de manera intencional.
También se debe probar que las acciones del demandado causaron directamente la lesión, siguiendo el principio de causalidad y, finalmente, la víctima debe demostrar (y haber documentado) las pérdidas sufridas, como gastos médicos, ingresos perdidos o dolor emocional.
Por ejemplo, cuando ocurre un accidente de tráfico, el demandante tendrá que demostrar que el otro conductor actuó de forma imprudente y que esa conducta causó sus lesiones.
El proceso legal suele comenzar con la presentación de una demanda civil. En muchos casos, las partes llegan a un acuerdo extrajudicial que compensa a la víctima sin necesidad de un juicio prolongado. Sin embargo, cuando no hay acuerdo, el caso puede avanzar hasta la corte. Es en esos casos cuando se vuelve esencial tener el acompañamiento de un abogado que hable la misma lengua materna.
¿Qué hacer inmediatamente después de sufrir la lesión?
Cuando la lesión ocurre, la adrenalina corre con fuerza en la sangre y es difícil pensar con claridad. Por eso, es conveniente saber qué hacer antes de que ocurra el incidente, para tenerlo guardado en la memoria.
El primer paso es buscar atención médica de manera inmediata, no solamente por preservar la salud y la integridad física, sino también porque estos primeros informes servirán como prueba del daño sufrido.
Un dato clave que poca gente tiene en cuenta es que es necesario documentar el incidente. Aún si estás dolorido o preocupado, procura tomar fotografías, hacer vídeos, contar con los teléfonos de testigos y cualquier otro detalle que respalde tu versión de los hechos.
Asimismo, hace falta guardar recibo de todos los gastos. Guardar facturas médicas, comprobantes de terapias, recibos de medicamentos y cualquier registro relacionado.
Conocer y hacer valer los derechos con un abogado especializado
Todo lo anterior no sirve de nada si no se busca a un profesional con experiencia en lesiones personales. Estos letrados pueden evaluar el caso, guiar al damnificado en el proceso y representar sus intereses frente a compañías de seguros o en la corte.
Para la comunidad hispana, contar con un apoyo legal en su propio idioma es esencial. Por eso, buscar un abogado que hable español es tan importante como conocer los derechos y es un paso fundamental para hacerlos valer.