Luego de que el año pasado fuera una sorpresa nada agradable, y en principio se considerara que no se prolongaría. La inflación en los Estados Unidos alcanzó para los 12 meses que terminaron en enero su tasa más alta en cuatro décadas.
Según datos publicados en un comunicado de prensa por parte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el Índice de Precios al Consumidor para Todos los Consumidores Urbanos (CPI-U) aumentó 7.5% antes del ajuste estacional, el ritmo interanual más pronunciado desde 1982.
Excluyendo los costos de los alimentos y la energía, que tienden a ser más volátiles, el índice de precios aumentó un 6% entre enero de 2021 y enero de 2022. Los alimentos por su parte subieron un 7% durante el mismo período, mientras que los precios de la energía se incrementaron en un 27%, liderados por los precios del petróleo diesel y la gasolina.
Los aumentos en los índices de alimentos, electricidad y vivienda fueron los mayores contribuyentes al aumento desestacionalizado de todas las partidas. La escasez de suministros y trabajadores, las fuertes dosis de ayuda federal, las tasas de interés ultra bajas y el sólido gasto del consumidor se combinaron para acelerar la inflación en el último año.