En diciembre de 2007, Estados Unidos entró en la Gran Recesión, una de las crisis financieras más grandes de la historia, dejando pérdidas de cercanas a un billón de dólares.
Miami llegó a ser una de las ciudades más afectadas, sin embargo, también fue la ciudad que más rápido se levantó, convirtiéndose actualmente en el destino perfecto para la banca, la cultura y el turismo.
Esto se debe, principalmente, a las inversiones de extranjeros en su mayoría latinos que decidieron invertir en propiedades, financiar proyectos inmobiliarios y construir edificios de hoteles, oficinas y bienes comerciales.
Ha sido debido a esto que Miami se ha convertido en la capital de Latinoamérica y hoy en día se ha evidenciado en el aumento de proyectos residenciales y comerciales, además de la evolución de las ciudades de Miami, Miami Beach, Doral, Weston, entre otras.
Según el Real Capital Analytics, para el 2014, el volumen de transacciones de propiedades comerciales que involucraron a compradores y vendedores extranjeros pasó de 468 millones de dólares a 1.88 billones en el 2016.
De hecho, otro aspecto curioso es que Miami se ha convertido en ciudad destino para las compañías star-up de Latinoamérica. En pocas palabras, los extranjeros han visto en la Ciudad del Sol un lugar indiscutible para invertir su capital y empezar sus negocios.
