Visité un museo muy particular en un viaje relámpago que hice a Miami: ¡El Museo del Helado!
El museo está situado en Miami Beach lo cual lo hace muy accesible y es una combinación perfecta para ese ambiente tan colorido. Tuve que comprar la entrada con anticipación para así tener una hora específica de visita. No se puede comprar el billete en el museo.
Como el tiempo va mejorando, este museo me cayó como anillo al dedo. Entre paredes rosadas y piscinas de pepitas de colores, te traigo mis impresiones.
Al entrar te piden que te atribuyas un sobrenombre el cual debe ser tu sabor preferido de helado. El mío fue: “Strawberry cheesecake”. Unas paredes a rayas rosa y blanco te dan la entrada a una experiencia muy particular. Debes tener tu cámara y/o celular listos porque cada rincón es adorable.
El museo está compuesto de 4 pisos en donde encontrarás una piscina llena de pepitas de colores, un columpio en forma de banana y otro de cereza, una cueva llena de cocos y espejos, una sección de arena rosada para hacer castillos, y un sin fin de helados y paletas.
Las escaleras y pasillos son hermosos y las terrazas y patios están llenos de accesorios exóticos.
La visita puede llegar a durar una hora y media y hay algo importante que debes saber: no puedes volver a ningún espacio ya visitado. Cada sección es para ser disfrutada al máximo y por una sola vez durante el recorrido.
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