La verdad es que cuando cumplimos cuarenta años comienzan a suceder algunas cosas dentro de nuestro cuerpo que nos obligan a hacer modificaciones a nuestra vida en general, y en particular, a nuestras rutinas de ejercicios, alimentación, e incluso a la actitud y la perspectiva. ¡Pero no hay necesidad de asustarse! Mientras más rápido y eficientemente te adaptes a esos cambios, más feliz serás y podrás disfrutar de tus cuarentas, ¡quizás hasta más de lo que disfrutaste de tu juventud! Ya conocen mi lema: los 40 son los nuevos 20.
Toma en cuenta lo siguiente para tus rutinas diarias a partir de esta edad.
Evita perder masa muscular y masa ósea a través del entrenamiento de fuerza y resistencia: se acerca la pre-menopausia y gradualmente comenzarán a declinar tus niveles de estrógeno, una hormona que entre otras cosas se encarga de mantener sanos tus huesos y músculos. Haz énfasis entonces en el ejercicio de fuerza y resistencia, sin usar demasiado peso, pero con suficientes repeticiones para tonificar tus músculos y mejorar tus huesos. Recomiendo practicarlo de tres a cuatro veces por semana.
Presta especial atención a tu postura y haz ejercicios para aumentar tu flexibilidad y equilibrio: lo sé, a esta edad pueden comenzarnos a doler un poco la cintura, las piernas, tener un achaque o molestia por aquí y por allá. Esto lo puedes combatir con ejercicios para mejorar tu postura, flexibilidad y equilibrio, y el yoga y el tai chi son especialmente buenos para este propósito. Puedes incorporarlos a tu rutina al menos dos veces a la semana.